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Lighthinking

Una luz nostálgica: viaje al Bucle, entre el libro y la serie de televisión

Descubramos el mundo retrofuturista creado por Simon Stålenhag

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Published: 9 sep. 2020
El tiempo ha sido siempre una de las obsesiones de los seres humanos. Estamos sumergidos en un devenir que transcurre irremediablemente, sin que importe que lo que hagamos nosotros, nuestros intentos por desviarlo, por conformarlo según nuestra voluntad. Una de las maneras con las que nos engañamos pensando que lo controlamos es el relato: excavando en el tiempo con las palabras y con las imágenes, nos parece conseguir una especie de control sobre este, nos parece posible seleccionarlo, reducirlo a bloques más pequeños, creemos poder remontar la corriente para volver atrás o poder nadar frenéticamente hacia adelante para descubrir qué sucederá.

Simon Stålenhag es uno de los narradores que han tratado el tema del tiempo. Nacido en Estocolmo en 1984, desarrolla videojuegos y compone música, pero es sobre todo un artista y un diseñador conceptual que crea mundos hiperrealistas de ciencia ficción. A través de los recuerdos de los personajes, en Loop habla sobre la Suecia de los años ochenta, poblada con máquinas caracterizadas por un diseño futurista al tiempo que decadente.
 
Una luz nostálgica: viaje al Bucle, entre el libro y la serie de televisión

Las historias incluidas en el libro tratan sobre las consecuencias y los efectos en las personas y en el medio ambiente circundante del acelerador de partículas más grande del mundo, construido en el subsuelo sueco y bautizado como «el Bucle» por los habitantes de esa zona.
 
Una luz nostálgica: viaje al Bucle, entre el libro y la serie de televisión

Las ilustraciones de Stålenhag retratan un mundo impregnado de melancolía, un sentimiento amplificado por una luz difusa que tiñe de nostalgia la atmósfera y, al mismo tiempo, hace vibrar una nota constante de inquietud.
 
Una luz nostálgica: viaje al Bucle, entre el libro y la serie de televisión

También en las escenas nocturnas, las luces de los robots y de las grandes torres de refrigeración se ciernen sobre la ciudad sueca y no dejan espacio a la oscuridad total de la noche: es como si las personas que viven cerca del Bucle no pudieran protegerse ante los recuerdos, ni siquiera en la oscuridad de la noche, y estuviesen obligadas a mirar constantemente a la cara a los fantasmas de la memoria y los espectros de una tecnología que ya no muestra el futuro sino que se ha convertido en las huellas de un tiempo que ya queda atrás.
 
Una luz nostálgica: viaje al Bucle, entre el libro y la serie de televisión

A partir de Loop de Stålenhag se ha realizado la serie, Historias del Bucle, llena de referencias entre los diferentes episodios, creada por Nathaniel Halpern y que se emite en la plataforma Prime Video. De Suecia nos trasladamos a una provincia americana, a Mercer, en Ohio, sin que se modifiquen las atmósferas melancólicas y nostálgicas.
 

El tráiler de la serie


En el primer episodio, Russ Willard, interpretado por Jonathan Price, se dirige directamente a los espectadores para presentar estos relatos. Willard explica que es el fundador del Centro Mercer de Física Experimental, el Bucle: el objetivo de esta estructura de investigación es «liberar y explorar los misterios del Universo», mostrando cosas que podrían parecer imposibles, «y que, sin embargo, suceden». Willard avisa de que las que veremos son las historias de algunos de los habitantes de Mercer, acaecidas a lo largo del tiempo. También se sitúa en el centro de la adaptación del libro de Stålenhag el tiempo con sus saltos y sus alteraciones provocadas por el Bucle: los descosidos en el tejido que envuelve las vidas de los habitantes de Mercer, quienes, a través de estas aberturas, se pierden y vuelven a encontrarse.

Como en el libro, también en la serie la luz es un elemento narrativo fundamental. La fotografía refuerza la melancolía que permea el mundo de Historias del Bucle: la luz acentúa los colores saturados y sumerge los personales en una atmósfera suspendida, haciendo casi tangible una dimensión temporal cambiante y huidiza, que ha perdido las características y los puntos de referencia a los que estamos acostumbrados.
Como en el libro, también en la serie la luz es un elemento narrativo fundamental. La fotografía refuerza la melancolía que permea el mundo de Historias del Bucle: la luz acentúa los colores saturados y sumerge los personales en una atmósfera suspendida, haciendo casi tangible una dimensión temporal cambiante y huidiza, que ha perdido las características y los puntos de referencia a los que estamos acostumbrados.

Algunas escenas de la serie


La pátina nostálgica del libro y de la serie -muy diferente de la nostalgia apropiacionista de otra serie que une ciencia ficción y nostalgia, como Stranger Things – es el marco perfecto para las vicisitudes humanas influidas por el Bucle y por la tecnología relacionada con este: el dolor, la melancolía, el sentido de pérdida se amplifican y resuenan en un tono más agudo, gracias también a los extraños robots y a la maquinaria, abandonados en la orilla del lago, reproducciones muy fieles de los diseños de Stålenhag.
 

Un cotejo entre las ilustraciones del artista sueco y las escenas de la serie


La ciencia ficción de Loop e Historias del Bucle centra la atención de los reflectores no en la resolución de los enigmas relacionados con el tiempo (como hace, por ejemplo, una serie como Dark), sino sobre la humanidad afectada por las consecuencias del Bucle, sobre cómo este centro de investigación influye en las relaciones entre las personas, transmitiendo un sentido de melancolía que no acaba ni siquiera en la última página ni en los créditos del último y conmovedor episodio.
 

© Photos Mondatori Ink