El edificio del MUSE, acrónimo de “MUseo delle ScienzE, posee 2 sótanos y 5 plantas. El objetivo era dar vida a los espacios internos y externos, tanto de servicio como residenciales, a las nuevas construcciones y al centro histórico de Trento, a través de los materiales: las aceras, así como los bordillos y los bordes del espejo de agua, son de piedra verdello con acabado abujardado y el pavimento se extiende por el vestíbulo del museo para subrayar la idea de prolongación del espacio público exterior dentro del MUSE. Las instalaciones del museo se diseñaron para ser “invisibles”, es decir, para no prevalecer sobre el contenido. A partir de este concepto se desarrolló la idea de suspender, utilizando sutiles cables de acero, todos los objetos: las mesas, las estanterías, los tableros, los monitores, las fotografías y los ejemplares de las colecciones. Dentro del museo, todo su contenido está suspendido en el espacio y en el tiempo para que el visitante investigador reconozca todos los enlaces entre los acontecimientos naturales y sienta la necesidad de respetar dichas relaciones. Un modo de comunicar: “Tú también, hombre, estás suspendido con los demás en este delicado juego de equilibrios.”. La luz da forma y ayuda a leer los espacios y las amplias superficies del MUSE, es un perfecto equilibrio entre la luz natural y la artificial e invita al público a tocar las obras expuestas. La luz natural entra por los laterales y por el techo, y la competencia en su gestión es uno de los elementos que caracteriza la arquitectura de RPBW. La iluminación artificial es obra de la experiencia y la sensibilidad de Piero Castiglioni. La iluminación del MUSE fue realizada utilizando principalmente proyectores
Le Perroquet de cuerpo pequeño de 20 W de halogenuros metálicos con caja de alimentación, sobre raíl en las salas de exposición o integrados en los empotrables
Reflex Easy LED en algunos espacios. Pero junto a esta iluminación funcional, destacan detalles de tipo arquitectónico. Un ejemplo son las líneas de luz creadas con
Ledstrip insertadas en el espesor de las losas en los puntos donde están cortadas, como puede verse en el gran vacío de la Pirámide de la Creación y en la losa que se asoma a la sala de exposiciones temporales. La finalidad de este tipo de luz es doble: funcional, es decir, integrar la luz natural que se proyecta desde arriba y emocional para aligerar el peso arquitectónico de la estructura. Para iluminar el vestíbulo se utilizó un Le Perroquet fabricado específicamente para este proyecto: una luminaria de suspensión con 2 proyectores Le Perroquet de 35 W de hidruros metálicos con una fijación especial que se acopla directamente en la estructura metálica. También en este caso, el objetivo era obtener un efecto de iluminación difusa y homogénea que se adaptara a este particular tipo de instalación. Los proyectores integran la iluminación natural que entra por el altísimo vestíbulo y por las superficies acristaladas. A lo largo de las pasarelas externas del museo, se utilizaron otras luminarias especiales como los
Glimcube autoportantes gracias a su particular estructura. El vivero, un laboratorio viviente cuya función es cultivar y conservar un rincón de selva tropical, se iluminó con proyectores
Woody de suspensión. Es la parte del museo más cercana al Palacio de Le Albere y que, gracias a su transparencia, se convierte en puente hacia el contexto historiado.