Museo de arte - Fundación Luigi Rovati

La Fundación Luigi Rovati, institución científica y cultural, promovió desde su fundación en 2016 la recualificación y la remodelación del palacio histórico del príncipe de Piombino, para acoger una colección de gran valor de jarrones y otros hallazgos etruscos. 

A lo largo de 2022, tras finalizar las obras, se inició un proceso de acercamiento y apertura gradual al público coherente con el modelo de infraestructura cultural de la fundación. El objetivo era lograr superar el concepto tradicional de museo donde se exponen obras de arte y proponer un espacio de pensamiento, experimentación e intercambio. La Fundación Luigi Rovati desarrolla su actividad de acuerdo con las competencias adquiridas tanto en el campo artístico y cultural como en el campo científico, siguiendo la línea entre arte y ciencia trazada por el profesor Luigi Rovati a quien está dedicada la fundación. La finalidad de estas actividades es crear valor con impacto y utilidad social.

El palacio, situado en Corso Venezia 52, está formado por un único edificio de siete plantas, dos de ellas soterradas, que suman una superficie total de más de 3000 m2. El proyecto arquitectónico de ampliación y recalificación, asignado por el cliente a MCA –Mario Cucinella Architects–, está dividido en tres macro intervenciones. La primera prevé la ampliación de la planta soterrada y la creación del museo hipogeo que alberga la colección etrusca. Se trata del auténtico eje de intervención del proyecto, elemento arquitectónico de excelencia pensado de manera totalmente coherente con el proyecto del palacio. El nuevo espacio está completamente revestido con Pietra Serena aplicada en horizontal sobre niveles estratificados y se caracteriza por las formas sinusoidales. La segunda consiste en una cuidadosa operación de conservación y restauración de los espacios de la planta noble, que actualmente se utiliza como espacio museístico diseñado para exponer obras contemporáneas que dialogan con los hallazgos arqueológicos.

Las otras plantas del edificio están dedicadas a distintas funciones relacionadas con las actividades del museo: oficinas, sala de estudio, sala de conferencias, espacios para exposiciones temporales y depósitos para colecciones. En la planta baja, el amplio vestíbulo de la entrada se convierte en una gran plaza a la que se asoman la taquilla, la tienda del museo, el Caffè Bistrot, la entrada al restaurante situado en la última planta y el jardín con el pabellón de exposición.
La tercera intervención del proyecto está dedicada al jardín, un espacio oculto por los muros perimetrales que lo circundan por tres de sus lados. Esta zona verde privada fue transformada para su apertura al público.

El proyecto luminotécnico desarrollado por el arquitecto Piero Castiglioni tiene en cuenta las funciones que se desarrollan en los distintos espacios y, al mismo tiempo, valoriza tanto los espacios históricos como los contemporáneos realizados por el arquitecto Mario Cucinella.
Por ejemplo, en la zona del archivo, a la que solo pueden acceder los especialistas y los curadores del museo, la iluminación general está caracterizada por las luminarias lineales IN60 con acabado blanco en versión especial debido a su longitud fuera de lo estándar. La iluminación general se completa con la iluminación de acento de los proyectores Palco (Ø 51 mm) con ópticas spot y medium instalados sobre raíles Low Voltage. 

Para satisfacer las exigencias de iluminación del estudio MCA en la planta soterrada, núcleo expositivo del museo, los cuerpos de iluminación se integraron en las formas orgánicas de la arquitectura. La luz rasante de las luminarias Underscore InOut instaladas por debajo del pavimento ensalza los volúmenes y las texturas del espacio. Las luminarias Underscore InOut siguen el desarrollo curvilíneo del perímetro. Están instaladas en una garganta que las protege con respecto a la superficie de tránsito y su haz luminoso está orientado hacia la pared. Para la iluminación general de este espacio, se utilizaron empotrables Laser de pequeño diámetro (Ø 38 mm) y con un acabado RAL especial que se integra perfectamente a nivel cromático con las características del espacio. La amplia entrada central de la planta baja es el punto de acogida de los visitantes y el lugar desde el que se accede a las distintas zonas de la planta: la librería, la recepción, el bistró y la entrada al jardín interior. En este caso, la iluminación artificial está diseñada de manera directa. Las luminarias de pared View y las líneas de luz Underscore están instaladas en dos niveles distintos y orientadas hacia arriba para enfatizar la bóveda de casetones.

En la librería y la recepción, se utilizaron empotrables Laser Blade XS con acabado blanco en versión de luz general y con luminancia controlada en la zona de la recepción. Para enfatizar los elementos expuestos dentro de las zonas de tránsito, se instalaron Laser Blade XS en versión minimal con ópticas medium y spot en las puertas giratorias que dan acceso al jardín. 

En las dos gargantas de las escaleras principales por las que se sube a la segunda planta desde la planta baja se instalaron algunas líneas de luz Underscore InOut en las versiones Top Bend y Side Bend según el radio de curva. Para las escaleras del bistró, se desarrolló una luminaria especial con aplicación vertical en la zona de la pared que actúa como eje sobre el que giran las escaleras. 

Las oficinas de la Fundación Rovati se encuentran en la entresuelo, un lugar en el que se alternan zonas diáfanas y salas de reuniones. La iluminación general está caracterizada por los empotrables Laser Blade XS High Contrast instalados a lo largo del perímetro de las salas, mientras que para la iluminación específica de los puestos de trabajo se utilizaron módulos lineales de suspensión IN90 con apantallamientos microprismados para obtener una luminancia controlada y un UGR<19. 

La primera planta es la planta noble de exposición que está organizada en varias salas con un equipamiento específico. En esta zona se eligió una solución de iluminación artificial que prevé la instalación de raíles Low Voltage, en las versiones minimal y empotrable, a lo largo del perímetro de las salas y de proyectores Palco (Ø 51 mm) con ópticas medium y spot para la iluminación general de base. También el pasillo de la primera planta se convierte en una zona de exposición en la que la iluminación general indirecta está garantizada por las luminarias de pared View que iluminan las bóvedas y se complementa con la iluminación específica de los tapices presentes a lo largo del pasillo. Debido al desarrollo longitudinal de las obras y con objeto de lograr una mayor uniformidad, se decidió utilizar los proyectores Palco con óptica wall washer instalados sobre raíl LV con un asta rígida.

La segunda planta está dedicada a las exposiciones temporales, los eventos y las conferencias. Los raíles y los proyectores se convirtieron en la mejor solución luminotécnica para crear una luz de acento que complementa la iluminación general de las líneas de luz Underscore con apantallamientos difusores Opal. 

El Caffè Bistrot que se asoma a los jardines del palacio está dirigido por el chef con estrellas Michellin Andrea Aprea que también es el responsable del restaurante situado en la última planta de la fundación. Estos dos espacios fueron diseñados por Flaviano Capriotti Architetti. El objetivo del arquitecto Capriotti era crear un bistró capaz de evocar las cafeterías milanesas de principios del 900. Todo gira alrededor de un mostrador semicircular de latón dorado que diseña el espacio y orienta la mirada de los clientes hacia los jardines exteriores. En este espacio, destaca la obra Entrare nel tempo, omaggio a L.R., que la Fundación Luigi Rovati encargó a Mauro Ceolin. La iluminación artificial integra la iluminación natural proveniente de las cristaleras y, por la noche, la luz de los empotrables Laser y los proyectores Palco se concentra sobre las mesas.

El restaurante Andrea Aprea se encuentra en la última planta de la fundación y está caracterizado por un espacio muy escenográfico: una cristalera con vistas al parque de Puerta Venecia y al panorama urbano de la ciudad. Los interiores tienen un aire contemporáneo en el que los materiales nobles dialogan con las obras de arte, entre las que destaca la obra in situ realizada por Andrea Sala, El vestido de un reflejo. La relación con el lugar y con su importante colección de hallazgos etruscos se mantiene en la gran sala central gracias al revestimiento de las paredes con bloques de cerámica de Bucchero (la cerámica negra con la que los etruscos realizaban sus jarrones) diseñados por el arquitecto. La iluminación artificial es fundamental para definir la atmósfera de un lugar dedicado al gusto. Una majestuosa lámpara circular en cristal de Murano y hoja de oro domina la sala y dialoga con las perspectivas inclinadas de las paredes y del techo, transformando el espacio en un proscenio desde el que asistir a la obra del chef y de su equipo en su cocina a la vista. Las luminarias Palco sobre raíl empotrado proyectan la luz sobre las mesas.

En la iluminación de los exteriores, se incluye tanto la de la fachada de Corso Venezia como la de la parte interior del palacio y del jardín. El escenario luminoso diseñado para la fachada interior subraya el ritmo de la estructura. La parte alta presenta una red regular de ventanas en las que las luminarias Trick con efecto de hoja de luz a 180° subrayan las geometrías de la fachada. Sin embargo, en la parte central, los proyectores iPro con ópticas spot y medium ensalzan la verticalidad de la fachada e iluminan los intradós de los arcos centrales. 

Estos proyectores también se aplicaron en las ramas de los árboles utilizando correas específicas, para crear un efecto de luz desde el interior de las copas. Tanto los proyectores como el resto de las luminarias utilizadas en el proyecto están equipados con alimentadores DALI e incluidos en el sistema de control para la definición de los escenarios luminosos.
La iluminación de la fachada de Corso Venezia está caracterizada por pequeños acentos de luz sobre algunos detalles arquitectónicos particulares del edificio y por la enfatización de los telamones iluminados por un proyector. En cambio, para lograr el efecto tridimensional de la fachada se optó por retroiluminar el balcón.
Para respetar los parámetros LEED y las normas sobre contaminación lumínica, todas las lámparas están orientadas hacia abajo o disponen de apantallamientos adecuados para evitar la emisión del flujo luminoso hacia arriba.