La luz es un medio poderoso y transversal para enviar mensajes a la colectividad. Poderoso porque, en la oscuridad de las horas nocturnas, las luces atraen de manera natural nuestra mirada y pueden infundirnos sugestiones emotivas intensas y duraderas. Transversal porque el uso de la luz con fines cívicos aúna espacios y contextos muy distintos, como veremos en este artículo. Ciudadanos, organizaciones e instituciones de todo tipo utilizan la luz para llamar la atención hacia los temas de la vida colectiva en los que están implicados, para manifestar sus posiciones y denunciar injusticias.
Procesión de antorchas El fuego fue la primera fuente de luz que el ser humano aprendió a dominar y durante milenios fue la única. Actualmente, es bastante raro que el fuego se utilice para iluminar y, cuando esto ocurre, el efecto es muy evocador. De hecho, las procesiones de antorchas suelen ser manifestaciones con un elevado contenido emotivo. Pensemos, por ejemplo, en las procesiones de antorchas en memoria de las víctimas inocentes de la
mafia o de la
’Ndrangheta en Italia.
Ciudadanos, organizaciones e instituciones de todo tipo utilizan la luz para llamar la atención hacia los temas de la vida colectiva en los que están implicados, para manifestar sus posiciones y denunciar injusticias.
Foto de la procesión de antorchas organizada en Fiumicello (UD),
ayuntamiento de Friuli donde creció Giulio Regeni, para mantener alta la atención sobre su asesinato
Iluminación exterior
En muchos casos, las fachadas de los edificios más representativos para los ciudadanos y dentro del paisaje urbano –museos, teatros, palacios históricos, etc.– disponen de sistemas de iluminación que aumentan su visibilidad por la noche. Aunque los habitantes de la ciudad estén acostumbrados a verlos iluminados, es posible atraer su atención y lanzar un mensaje modificando la iluminación en ocasiones especiales.
Esto es lo que sucedió el 11 de agosto de 2020 en el Reino Unido, cuando un gran número de edificios y estructuras se tiñeron de rojo durante la iniciativa
Alerta roja. El objetivo era pedir la intervención del gobierno para apoyar los espacios dedicados a los conciertos y las actuaciones en vivo, cerrados debido a las medidas sanitarias de la lucha contra la pandemia por la COVID-19.
Entre las estructuras iluminadas de rojo en Londres destacan,
a orillas del Támesis, el Teatro Nacional, la noria London Eye y la London County Hall.
Iluminación interior
Aunque los edificios no tengan las fachadas iluminadas, existe siempre un modo de hacerse ver y, por tanto, a quienes viven en ellos no les faltan formas para hacerse notar. Destaca el ejemplo de Sydney ofrecido hace algunos años por unos 500 residentes de las torres Matavai y Turanga, dos rascacielos de 60 plantas que forman parte del amplio complejo de viviendas públicas Waterloo Estate.
Las torres Matavai y Turanga del Waterloo Estate de Sydney
En 2016, los residentes lanzaron la campaña
We Live Here para protestar contra el plan del gobierno de remodelación del barrio, un plan que obligaba a desalojar 3600 personas aproximadamente, la mayor parte ancianas. Entre las iniciativas para despertar la conciencia social, se pensó a una especie de proyecto de arte público decorando el interior de las ventanas con tubos luminosos flexibles.
Una de las participantes en We Live Here fotografiada en su apartamento
Mensajes luminosos
Colgar pancartas de los puentes en las carreteras con tráfico intenso es un modo bastante frecuente de lanzar mensajes. En 2011, dos profesores de la universidad de Wisconsin-Milwaukee, Lane Hall y Lisa Moline, encontraron el modo de imitar por la noche este tipo de manifestación tradicionalmente diurna, realizando mensajes luminosos artesanales.
Es así como nace la primera
Overpass Light Brigade, en un contexto de grandes
protestas para defender los salarios y los derechos sindicales de los trabajadores del sector público en Wisconsin. Incluso superado dicho momento, el movimiento siguió adelante con el objetivo de promover la justicia social, la democracia y la ecología, logrando despertar el interés de un gran número de otros activistas en el resto de los Estados Unidos y del mundo, dando vida a una
red que cuenta con decenas de Overpass Light Brigade en lugares tan distanciados como son Hawái, Francia, Nueva Zelanda, Croacia y Suecia, entre otros.
La pancarta de la Overpass Light Brigade a favor de la sostenibilidad medioambiental
Sabotaje luminoso
A veces el compromiso civil no consiste en lanzar el propio mensaje sino en impedir que se lance un mensaje que se considera nocivo. ¿Y cuál es el modo más sencillo y pacífico para ocultar una comunicación luminosa? Proyectar otras luces sobre la misma pantalla.
Sydney se convierte nuevamente en un ejemplo famoso: en 2018, el gobierno de New South Wales
defendió con fuerza la proyección de la publicidad de una competición hípica sobre las paredes externas de las icónicas “velas” de la Ópera de Sydney. En toda Australia, aumentó la indignación de quienes consideraban que esta operación comercial degradaba la arquitectura más famosa del país y que promover la competición significaba promover también las apuestas. La petición contra la iniciativa recogió
290 000 firmas. Sin embargo, la proyección no se anuló.
Algunos vídeos de la manifestación en Sydney
A consecuencia de ello, cientos de manifestantes se reunieron delante de la Ópera de Sydney con linternas y sabotearon con la luz la proyección de la publicidad llegando incluso a ocultarla en algunos momentos.